Me salvaron el momento. Tal cual. No quería que nadie trabajara para hacer la comida, quería que estuviéramos todos relajados. Tampoco teníamos más que un par de horas para todo. Y me salvaron. Les gustó todo, todo. Con lo maniáticas que son, yo descansé tranquila. Llegaron en la franja que elegí y más bien pronto. Y fue todo perfecto y nada caro. Cuánto me alegro de haberles hecho el pedido. Muchísimas gracias.